lunes, 1 de agosto de 2011

Y en ese momento...pronunciaste mi nombre en sueños.Lo dijiste con tal claridad que crei que te habias despertado, pero te diste vuelta, musitaste mi nombre otra vez y suspiraste.Un sentimiento desconcertante y asombroso recorrió mi cuerpo. Y supe que no te podía ignorar por más tiempo. 
- Te quiero más que a nada
en el mundo.
¿No te basta eso?
-
Si, es suficiente. Suficiente para siempre.