Y en ese momento...pronunciaste mi nombre en sueños.Lo dijiste con tal claridad que crei que te habias despertado, pero te diste vuelta, musitaste mi nombre otra vez y suspiraste.Un sentimiento desconcertante y asombroso recorrió mi cuerpo. Y supe que no te podía ignorar por más tiempo.
- Te quiero más que a nada
en el mundo. ¿No te basta eso?
- Si, es suficiente. Suficiente para siempre.