jueves, 15 de noviembre de 2012
A los cinco años la vida es un cuento previsible, los malos son feos, infelices y terminan mal; los buenos son lindos, felices y comen perdices. También es un juego donde los hijos son muñecos o peluches,
una juega a la mamá, al ama de casa…que distinto cuando vemos que la vida no se
ajusta a ese juego infantil…no, la vida es otra cosa,
la diferencia entre malos y buenos es más sutil que una cara bonita y un final feliz, la
verdadera lucha entre el bien y el mal ocurre cada día en nuestro interior.
Uno crece y el juego se vuelve más serio; hay…quien pudiera vivir cantando como un chico, hay...quien pudiera eternizar el juego, vivir por siempre en un cuento de hadas; hay…quien
pudiera ser por siempre chiquitita.
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