Un árbol
que deja caer pocos frutos. Mujeres
saciables, no pierden su tiempo queriendo trepar a este vil resoluto.Hay
noches, que un ángel, alcanza sus ramas. El árbol concede todas sus manzanas y el sol, en su viaje, se viste de gala, soñando poder, al llegar la mañana ver a estos dos locos, fundiendo sus almas.Un viernes de invierno, mostró displicencia:La joven mujer divisó sus
cortezas. Notó que con ellas podía escalarlo y subió
donde pocas pudieron lograrlo.