domingo, 9 de diciembre de 2012


Una certeza que desconsolada grita que no, que no hay nada igual a vos. No hay caricias de iguales pericias, ya no quiere otras manos mi piel.
hoy no sé si sacarte la lengua o mostrarte los dientes.
A mi me toca el papel de la que dice y no piensa, la idiota, la buena para nada, la que paga la cuenta con el corazón.

Abrazare todas las causas justas que me hagan vivir.
 Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.
La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de si, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto. Me gusta la gente que posee sentido de la justicia. A éstos los llamo mis amigos.  
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.


De ti depende, y de mí, que entre los dos siga siendo ayer noche, hoy por la mañana.