Muchas veces me fue mal por desperdiciar todo, el saber que
la cago cada vez que las cosas podrían irme bien, es un gran karma que tengo
desde chica. Lo más traumante es que siempre fue por temor, temor a qué? No se,
siempre tuve un miedo diferente, supieron llamarlo muchas veces “excusa”, y si,
es lógico que sea una excusa para no enfrentarme a eso que me causaba pánico,
terror. Como cuando era chiquita, era muy fácil decirme: “Popina, dale, apago
la luz, no pasa nada.” ¿No pasa nada? Con la luz apagada para mi todo era desastroso,
no podía contra eso. El día que supe afrontarlo apareció la luz, y no la luz de
lamparita, esa común, la que muy bien dicho es de BAJO CONSUMO, rápido se acaba
y otra vez el miedo. Esa luz era eterna, como la del Sol, es continua, nunca se
apaga, a veces se esconde, pero esta, quizás lejos, pero esta. Roberto fue mi
luz, esa luz que no desaparece por más que quieran apagarlo, por más que lo echen,
el esta. Pero obviamente, el miedo de quedarme otra vez sin luz y volver a esa
oscuridad de cuando era chica, pánico da. Siempre sufrí al saber que las cosas
se van y no pueden volver, ¿Se imaginan mi vida como cuando tenía 6 años y no
querían dejarme la luz prendida y yo lloraba desconsoladamente para que me la
prendan? Bueno, hoy sería así mi vida sin él, como esas noches. El encerrarme
en una burbuja es por miedo a perderlo, a no saber como hacer para que se
quede. Sí, tratarlo mal me sale
naturalmente, pero, A QUIEN NO TRATO MAL YO? COTIDIANO EL VIVIR ATACANDO
de mi parte, y así perdi a muchísima gente, no sé cuando voy a entenderlo, no
se cuantas mas veces tengo que sufrir para dejar de darme la cabeza contra la
pared, pero sé que aunque yo me siga chocando , no me va a soltar la mano, me
va a decir las cosas unas 2765 más para que no sufra. Gracias a dios consegui
mi luz permanente, por eso hoy no quiero perderla.