jueves, 30 de mayo de 2013

Dejando aparte eso de su espalda, su boca y sus miradas, vayamos al ámbito sentimental. Si no me equivoco han pasado 730 días(dosaños), aproximadamente. Es mucho tiempo, lo sé, y dicen que el tiempo pasa factura, pero yo aún no le he pedido la cuenta. Supongo que es por eso que sigo poniéndome de los nervios cuando miro el reloj avanzar hasta que marca la hora de verlo, supongo que es por eso que el hace lo mismo. Tal vez sea por eso, porque no hemos decidido un final definitivo, que da igual el tiempo que pase, los nervios de la primera cita siguen ahí, a flor de piel. Y no es el primer beso, ni la primera vez que lo veo encima mio, no es la primera vez que me dice eso al oído, ni la primera vez que lo dejo sin respiración, pero se nos sigue saliendo el corazón por la boca antes de vernos.


No sé tú, pero yo creo que esto es más grande de lo que pensamos.