lunes, 27 de junio de 2011

Decir que eres lo primero en lo que pienso cada mañana y lo último antes de dormirme, se me queda corto. Quizás porque eres el que ocupa los ochenta y seis mil cuatro cientos segundos de un día de mi vida. Y no únicamente uno, si no todos los de mi existencia. Por eso, y a mi pesar, tengo que decir que se me queda corto un "te quiero".