domingo, 4 de agosto de 2013

El me quiso, a veces yo también lo quería. ¿Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos? Ya no lo quiero, es cierto, pero cuánto lo quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otra. Será de otra, como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.