El me quiso, a veces yo
también lo quería. ¿Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos? Ya no lo quiero, es cierto, pero cuánto
lo quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otra. Será de otra, como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.